Me sorprendió todo lo que conlleva organizar una boda, pensaba que era fácil, solo tenía que decir SÍ, sí al amor, pero a medida que se acercaba ese momento comenzaban los nervios y las preocupaciones.
Inexplicablemente, una de las cosas que a priori me parecía sencilla resultó ser un quebradero de cabeza; la elección de mi vestido de
novias. Deseaba sentirme identificada con mi vestido, quería estar cómoda en él, que representara mi estilo, mi forma de ser y, sobre todo, que fuera accesible a mi economía. Tarea, esta última, nada fácil. Por suerte, escuché que VESTIDOS ANANDA “vestía tus sueños”, así que me aventuré a acudir a ellos, a partir de entonces, sentí que caminaba entre algodones de azúcar, pues no solo encontré el vestido perfecto para mí, también la madrina y mis invitadas, las cuales, convirtieron mi boda en un jardín lleno de flores (por sus presencias y por lucir las maravillosas pamelas de
VESTIDOS ANANDA).